A la hora de cantarle a Dios, hagámoslo con el corazón y con alegría y así daremos a entender que si cantamos gozosos es porque tenemos un Dios que nos da paz y alegría para cada uno de nosotros.
A veces llegan procesos que causan tristeza en nuestros corazones. Por eso es bueno que día a día procuremos estar firmes en el Señor, pensando solo que debemos cantarle sin importar los problemas.
Cantemos al Dios de nuestra salvación con cánticos nuestros, con gozo y con regocijo, porque Él es nuestro Dios que vive y reina para siempre.
Recordemos que la salvación viene de nuestro Señor que hizo los cielos y la tierra, y a Él debemos rendir toda adoración. Sin Dios no somos nada.
Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra;
Al Dios de Jacob aclamad con júbilo.
Salmos 81:1
Alabemos a Dios por su bondad y por su misericordia, solo a Él cantemos con regocijo, Él es merecedor de toda gloria y poder. Siempre nos ha levantado, nos ha libertado y sus manos nos cubren. Por eso rindamos la mejor alabanza a nuestro Dios grande y fuerte. El Dios soberano merece de nosotros lo mejor.
Gracias Señor porque por Tu palabra podemos aprender a adorarte cada día, porque ellas nos enseñan que a solamente a Ti debemos dar gloria, porque Tú has sido bueno para nosotros. Sin Ti no podríamos ser lo que somos, oh Dios, Tú siempre nos ayudas y nos sostienes, en momentos malos ahí estás para socorrernos, para ayudar a soportar todas las pruebas. Por eso te alabamos desde lo más profundo.
Bendigamos Su Nombre para siempre, no mires tus fallas y dificultades, solo mira al Creador, alábalo y glorifica Su nombre, y pídele que cada día te enseñe a adorar Su nombre.