Somos vencedores porque Él venció, Él nos hizo no solo vencedores, sino más que vencedores, alabemos a Dios por este hecho maravilloso.
Damos gracias a nuestro Dios Él es poderoso, hermanos confiemos en Dios, y busquemos de Él cada día, que con todo nuestro corazones nos entreguemos en alabanzas a Él, Él es Dios y por Él somos más que vencedores.
Demos alabanzas cada día a Dios, cantemos de Su gloria, demos cánticos nuevos por Sus obras maravillosas, porque vino y dio Su vida para nuestra salvación, para que a través de Él podamos conocer al Padre y podamos pedir en oración. Alabemos y glorifiquemos, dando gracias por Su gran amor y por Sus bondades.
Recordemos que somos más que vencedores mediante la muerte de nuestro Señor Jesús en la cruz, y es por eso que debemos rendirnos delante de Él y darle gloria y alabanzas, pero ante todo, reconocer ante toda la humanidad la majestad de nuestro Dios grande y poderoso.