Cada día pasan cosas distintas en el mundo que vivimos, las cuales provocan que fallemos ante Dios y es por eso que debemos estar atentos y orar al Dios de los cielos para que nos proteja de todo lo que nos asedia, y de todo el plan que el enemigo tiene para destruirnos.
Es bueno que vayamos con un corazón dispuesto delante de Dios, suplicando delante de Él, pidiendo sabiduría para poder enfrentar las adversidades. Alabemos Su nombre porque es grande y poderoso, cantemos por Sus poderosas obras que ha hecho en nosotros.
Rindámonos delante de Dios, solo abramos nuestro corazón para que Él entre y restaure nuestro corazón, un Dios tan grande como Él merece toda la gloria y honra, toda exaltación que salga de nuestro corazón y de nuestras bocas. Dios es grande y poderoso, Sus maravillas son tremendas.
Su sabiduría nos enseña cada día, Su poder es protector de nuestras vidas, Su misericordia nos ayuda, sea el nombre de Dios alabado por estas Sus obras que día a día podemos palpar.