No nos cabe duda de que hemos sido creados para alabanza del Dios santo y es algo que debemos saber que lo que hacemos aquí en la tierra es un simple ensayo de lo que haremos por toda una eternidad. En el cielo podremos adorar a Dios sin interrupción alguna, allí estaremos frente a frente dando una alabanza al Rey de reyes.
El libro de Apocalipsis nos dice cómo será esa adoración eterna:
9 Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,
10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo:
11 Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.
Apocalipsis 4:9-11
La adoración no se detiene en el cielo, no existe el tiempo, simplemente todos deben arrojar sus coronas delante del Señor, porque Él es digno de recibir la gloria y la honra.
1 comment on “Un canto eterno”
Me siento muy alegre al practicar las enseñanzas de la sagradas palabras de nuestro Salvador.