Algunos momentos de nuestras vidas son muy difíciles, pues pasamos por muchas situaciones familiares o fuera de nuestras familias. Recordemos que como cristianos estas luchas sólo terminarán cuando estemos en el reino de los cielos. Pero algo que nos puede ayudar a mantenernos es orando al Señor y cantando alabanzas para que Dios sea glorificado y nosotros fortalecidos de su parte.
Otra cosa que cada uno de nosotros debe hacer es que, cuando estemos sin ánimo o nuestro prójimo esté pasando la misma situación, oremos por él y cantemos himnos junto a él, cantemos alabanzas al Dios Todopoderoso. En las alabanzas hay poder, hay restauración y a través de esta recibimos fuerzas y somos animados. Cantemos sin temor a nada.
Cantemos cada día, sin importar la hora, ni el día, sino que de la misma manera como hay una oración en nuestra boca, así también cantemos alabanzas. Demos gloria y honra a Dios por su gran amor y porque permite que le adoremos a Él.
Veamos qué Santiago nos dice: