Ante el Señor debemos rendir todo lo que somos y tenemos ante el Señor, porque si vamos a adorar a Dios, debemos hacerlo con regocijo y con el corazón humillado ante Su Majestad.
Hay una canción muy linda interpretada por un cantante cristiano llamado Alejandro Del Bosque que nos habla de la grandeza de nuestro Señor que dice que debemos rendirnos ante Él, les dejaremos el vídeo de esta hermosa canción al final de este artículo.
El cantante cristiano a la hora de cantar, de adorar, a la hora de escribir una canción refiriéndose a Dios, debe hacerlo con todo el enfoque hacia Dios, porque Él es quien se merece toda la honra y el honor.
Las letras de la canción dicen de la siguiente manera:
Vengo ante Ti, para adorar Para entregar mi corazón. Vengo ante Ti para rendir Todo lo que soy en adoración.
Pues fue el precio que pagaste
La forma en que Te humillaste
Que hoy me hacen entregarme
Coro:
Y ante Ti Jesús me postraré
Rindiendo mi corazón, todo mi ser
Pues fue por lo que Tú hiciste en esa cruz
Que yo, me entrego a Ti.
Cuando vayamos a cantar no lo hagamos como muchos, ellos solo lo hacen para ganar fama. Sé diferente y piensa en ese sacrificio de Cristo en la cruz del calvario. Deja a un lado tus problemas y haz un gesto de honor y de gloria delante de Dios, porque Él se lo merece. Dile como la letra de la canción, ríndete ante Él y póstrate para adorar y glorificar Su Santo Nombre.
No cesemos de adorar a nuestro Dios que vive y reina por los siglos de los siglos. Él es aquel que nos cubre de todo mal, que nos da la victoria cuando estamos en batalla. Por eso demos a Él toda honra y gloria porque el poder suyo es.
Rendirnos ante el Señor no significa debilidad, sino reconocer que sin Él nada podemos hacer. La Biblia dice: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo” (1 Pedro 5:6). Esto nos enseña que el verdadero adorador se humilla, se entrega y reconoce que todo lo que tiene pertenece a Dios. No hay adoración genuina sin rendición, y no hay rendición sin amor sincero hacia el Creador.
Cada vez que escuchamos una canción como la de Alejandro Del Bosque, debemos reflexionar en las palabras que salen de nuestros labios. No se trata solo de música o melodía; se trata de una conexión espiritual, de ese momento en el cual el alma se arrodilla delante del Trono y declara: “Señor, aquí estoy, haz conmigo lo que quieras”. Esa es la esencia de la verdadera adoración cristiana.
El apóstol Pablo también nos exhorta en Romanos 12:1 diciendo: “Presentad vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” Esto nos recuerda que la adoración va más allá de cantar, es una forma de vida. Cuando obedecemos a Dios, cuando amamos a nuestro prójimo y caminamos en rectitud, también estamos adorando. Cada acción nuestra puede convertirse en una ofrenda agradable al Señor.
Por eso, al escuchar esta canción, deja que tu corazón se llene de gratitud. Recuerda lo que Cristo hizo en la cruz por amor a ti. Él se humilló hasta lo sumo, cargó con nuestros pecados y venció la muerte para darnos vida eterna. No existe un motivo más grande para rendirse y adorarle con todo el corazón. Que cada palabra de esta alabanza sea también tu oración personal: “Señor, me rindo ante Ti, recibe todo lo que soy”.
Finalmente, te invitamos a escuchar esta hermosa interpretación que seguramente tocará tu corazón y te motivará a buscar una adoración más profunda y sincera delante de Dios.