Mi lengua hablará de Tu alabanza todo el día, que no haya mentira en ella, porque todo lo que mi lengua pronunciará es alabanzas a Dios.
Con mi lengua hablaré de la justicia majestuosa de mi Dios, del único fiel y soberano Dios, Aquel que nos fortalece y nos ayuda a seguir. Que nuestras lenguas no hablen de otras cosas sino de lo bueno que es Dios, que todo lo que salga de ella sea para restauración y para darle gloria a nuestro Dios grande y fuerte.
Todos los días debemos cantar salmos a nuestro Dios, donde quiera que estemos, que pueda anunciar que Él es Dios, Dios se merece todo de Sus hijos y es por eso que todos pueblos y reyes de la tierra den gloria, poder, que la Majestad sea solo dirigida a Él.
Y mi lengua hablará de tu justicia
Y de tu alabanza todo el día.
Salmos 35:28
¿Por qué no cantar día tras día de Tu gran amor, que nuestras lenguas sepan dar lo mejor de lo mejor a Dios?. Que seamos sinceros en todo lo que vayamos a decir, que su justicia esté en nuestra lengua para no proferir palabras vanas, porque solo con pensarlo estaremos pecando contra el Señor.
Dios está en los cielos y nos ve día tras día, Él tiene sus ojos puestos sobre los justos y sobre aquellos que no practican justicia.
La lengua, la cual a veces no podemos domar para que haga lo que dice la Biblia, puede conducirnos a pronunciar palabras ofensivas y que nos conducirán al camino incorrecto que no es del agrado de Dios.
Así que, como hombres sabios en el Señor, demos a Dios lo mejor de nuestras adoración, alejando nuestra lengua de toda impiedad y toda palabra descompuesta, porque el Señor ve las cosas buenas. Cantemos a Él, exaltemos a Dios por los siglos de los siglos, Amén.