Este mes es escogido para celebrar el Día de las Madres. En algunos países ya se ha celebrado, mientras que en otros aún está por venir. Sin embargo, más allá de la fecha exacta, este tiempo se convierte en una oportunidad especial para reflexionar y reconocer lo valiosas que son las madres, el papel fundamental que tienen en el hogar y cómo marcan profundamente la vida de sus hijos. No obstante, no podemos caer en el error de pensar que una madre solo debe ser honrada o celebrada una vez al año. La honra hacia ellas debe ser constante, diaria, basada en amor, gratitud y obediencia.
La Palabra de Dios nos enseña claramente:
2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; 3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Efesios 6:2–3
Este mandamiento no es solo una sugerencia o una tradición cultural. Es una instrucción divina que lleva consigo una promesa: bendición y larga vida para quienes honran a sus padres. Por eso, debemos agradecer a Dios si tenemos a nuestra madre con vida, abrazarla, expresarle nuestro amor y cuidarla. Y si ya no está con nosotros, también debemos darle gracias a Dios por el tiempo que nos permitió tenerla, por sus enseñanzas, su sacrificio y el amor que nos entregó.
Una madre no es solo quien da la vida, sino quien enseña, corrige, ora, llora y lucha por sus hijos. Muchas veces detrás de cada persona hay una madre que dobló sus rodillas en oración, que trabajó incansablemente o que renunció a sus propios sueños por amor a su familia. Por eso, este mes no debe reducirse a flores o regalos, sino a reflexionar sobre el legado que ellas dejan.
Cuando hablamos de canciones profundas, poéticas y llenas de sensibilidad, inevitablemente debemos mencionar a Marcos Vidal. Dios le ha dado un don especial para escribir letras que llegan al corazón y que reflejan valores cristianos de una manera sencilla y hermosa. Entre sus composiciones está la canción «Madre», un homenaje sincero que reconoce el sacrificio, el amor y la influencia que una madre tiene en la vida de un hijo.
Parte de la letra de esta canción dice:
Lo que tú desde siempre muy bien supiste Pero mucho me temo que nunca oíste Que estoy agradecido por el gran legado Que has sembrado en mí Que no he tenido nunca tesoros grandes Pero he tenido infancia y amor de madre Y si de algo acaso puedo presumir Es que siempre siempre te he tenido a ti
Estas palabras reflejan un corazón agradecido que reconoce que no siempre se necesitan riquezas materiales para ser feliz, sino una madre presente, amorosa y fiel. La canción nos invita a valorar a nuestras madres mientras las tenemos cerca y a expresarles lo que muchas veces callamos: gratitud, respeto y amor.
Al final de este artículo les dejamos la canción para que puedan escucharla completa. Les animamos a que al ver el video dejen un comentario diciendo que llegaron gracias a Mi Mejor Alabanza. Más que un simple detalle, es una forma de seguir difundiendo música con mensajes que edifican y honran a Dios.
Que este mes no sea solo de celebración, sino también de reflexión, reconciliación, agradecimiento y oración por las madres de todo el mundo. Si tienes la bendición de tenerla contigo, abrázala; si está lejos, llámala; si ya partió, honra su memoria viviendo con los valores que ella sembró en ti.

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