Estamos viviendo espantos por todos lados; enfermedades, guerra, rumores de guerra, desastres naturales, y ver la maldad multiplicarse cada día que pasa, es algo que nos atormenta y a veces hasta nos hace desfallecer, pero no debe ser así, debemos permanecer confiados en Dios y cantar de su nombre, porque somos más que privilegiados de estar en sus moradas.
El Salmo 84 es un cántico que nos habla de esa bienaventuranza que es estar en las moradas de Dios:
...1 ¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos!
2 Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.
3 Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.
4 Bienaventurados los que habitan en tu casa; Perpetuamente te alabarán. Selah
5 Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos.
Salmo 84:1-5