Dios nos ha abandonado a nuestra responsabilidad», dijo el escritor de «Mi Universo» en un mensaje de reflexión publicado en su canal de YouTube. Después de pronunciar esta frase que podría parecer provocadora o incluso controversial, añadió: “Déjame explicar esta aparente herejía”. Desde allí comenzó una explicación que ha generado opiniones encontradas entre cristianos, líderes y personas que siguen de cerca sus enseñanzas.
El artista intentó poner en contexto su declaración tomando como punto de partida el episodio del Huerto de Getsemaní, previo a la crucifixión. Citó las palabras de Jesús: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). De acuerdo con su reflexión, estas palabras demostrarían que Jesús, en cierta manera, experimentó dudas o cierta resistencia interna ante lo que estaba por enfrentar al día siguiente. Él afirmó: “Lucas nos dice que Jesús parecía tener dudas de lo que le iba a tocar vivir el día siguiente”. Estas palabras han levantado preocupación entre quienes consideran que sugerir que Jesús dudó de cumplir la voluntad del Padre es un terreno teológicamente riesgoso.
Pero, ¿realmente Jesús dudó? Este pasaje bíblico ha sido objeto de estudio por siglos. La Biblia enseña que Jesús, siendo verdadero Dios y verdadero hombre, experimentó angustia profunda al contemplar el sufrimiento que enfrentaría. Sin embargo, angustia no es duda. La oración del huerto no revela indecisión respecto a cargar con el pecado del mundo, sino la intensidad emocional del momento, unida a su completa obediencia al Padre. Jesús sabía perfectamente cuál era la voluntad del Padre, sabía que debía beber la copa de la ira divina para cumplir el plan de redención. Él mismo había anunciado repetidas veces que sería entregado, crucificado y resucitaría. Por lo tanto, es imposible pensar que, un día antes, estuviera considerando abandonar la misión redentora de salvar a la humanidad.
Decir que Jesús quería evitar la cruz porque dudaba en obedecer al Padre es una interpretación que muchos consideran teológicamente incorrecta. Lo que Jesús manifestó fue dolor, no desobediencia; fue agonía, no oposición; fue sufrimiento real, pero entregado voluntariamente. La cruz no fue un plan improvisado ni una decisión debatida internamente entre dudas humanas. Fue, desde la eternidad, la voluntad perfecta del Padre, ejecutada con perfecta obediencia por el Hijo.
En su mensaje, el artista también afirmó que Dios “abandonó a Jesús en la cruz” y que, de una manera similar, Dios nos ha abandonado a nosotros “a nuestra suerte”, indicando que Cristo ya hizo su parte, y ahora el resto depende completamente de nosotros. Esta comparación ha encendido aún más el debate, pues muchos consideran que es una visión incompleta o distorsionada del carácter de Dios y del evangelio.
Si bien es cierto que la Biblia registra que Jesús exclamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”, esa frase tiene un contexto profundamente teológico. Jesús estaba citando el Salmo 22, identificándose con el sufrimiento del justo y cargando sobre sí la culpa del pecador. Esa expresión no significa que el Padre rompió la comunión eterna con el Hijo, sino que Cristo experimentó en carne humana el juicio debido por el pecado, para que nosotros jamás tuviéramos que experimentar ese abandono final y definitivo.
Decir que “Dios nos abandona a nuestra suerte” no refleja el mensaje completo del evangelio. La Biblia enseña que el Espíritu Santo mora en el creyente, lo guía, lo fortalece y lo santifica. Cristo no nos redimió para dejarnos solos en el camino, sino para acompañarnos todos los días “hasta el fin del mundo”. La vida cristiana implica responsabilidad, sí, pero nunca abandono divino. Dios no hace su parte para luego retirarse; Él sigue obrando en nosotros, tanto “el querer como el hacer por su buena voluntad”.
Las palabras de Jesús Adrián Romero han generado diversas interpretaciones. Algunos creen que buscaba motivar a los creyentes a asumir responsabilidad espiritual, mientras que otros consideran que su declaración fue imprudente y teológicamente confusa. Sea cual sea tu opinión, aquí te dejamos el video para que lo analices por ti mismo:
