«Cuando la trompeta suene en aquel día final y que el alba eterna rompa en claridad. Cuando las naciones salvas a su patria lleguen ya y que sea pasada lista, allí he de estar». Así comienzan las letras de este memorable himno cristiano que durante décadas ha bendecido la vida de tantas persona.
¿Alguna vez has considerado estas letras y la veracidad de lo que dice de cuando todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo? Oh querido amigo, todos compareceremos un día, y seremos juzgados por nuestras obras, sean buenas o malas. En tu vida actual, ¿responderás feliz a tu nombre o serás de aquellos que tendrán un crujir de dientes y llanto?