Algunos predicadores, con una seguridad que no siempre proviene de las Escrituras, parecen haber elaborado sus propias listas de quienes heredarán el cielo y quienes no. La Biblia, ciertamente, es clara al señalar grupos de personas cuyo estilo de vida es incompatible con el reino de Dios: idólatras, fornicarios, adúlteros, entre otros. Sin embargo, recientemente un pastor boliviano decidió añadir otro grupo a esa lista bíblica de manera bastante polémica: “Ni los Tiktokers heredarán el reino de los cielos”. La frase, pronunciada desde el púlpito, generó reacciones inmediatas tanto dentro como fuera de la comunidad cristiana.
Estas palabras fueron dichas durante un sermón en el cual el pastor afirmó con notable firmeza que ningún miembro de su iglesia debía usar TikTok. Según él, la plataforma es incompatible con la vida cristiana, a tal punto que invitó abiertamente a quienes no estuvieran dispuestos a dejar esa red social a buscar otra congregación. La postura no solo sorprendió por su radicalidad, sino también por su tono autoritario, que muchos consideraron excesivo y ajeno al espíritu del evangelio.
Su mensaje también incluyó fuertes críticas hacia los ministerios de alabanza que usan TikTok para compartir música o contenido cristiano. A juicio del pastor, incluso esos videos, pese a que buscan edificar, no son aceptables dentro de su congregación. Además, arremetió contra quienes consumen novelas y quienes ven contenido para adultos, señalando abiertamente que tales personas se irán al infierno. Aunque la Biblia llama al creyente a la santidad y a evitar prácticas pecaminosas, muchos han señalado que el tono empleado por el pastor enfatizó más el miedo y el legalismo que la gracia y el arrepentimiento bíblico.
Lo irónico de la situación es que este mensaje del pastor terminó difundiéndose precisamente en TikTok, la misma plataforma que él condenó. El video se volvió viral rápidamente, generando miles de comentarios, críticas y debates entre creyentes y no creyentes. Para muchos usuarios, el enfoque del pastor resultó demasiado rígido, especialmente en un mundo donde las redes sociales son una herramienta poderosa para evangelizar, enseñar y compartir contenido edificante. Otros consideraron que el predicador llevó una convicción personal al extremo, convirtiéndola en un requisito espiritual no respaldado por la Biblia.
Las reacciones no tardaron en llegar. Algunos defendieron la intención del pastor, interpretando su mensaje como una advertencia sobre los peligros reales que existen en las plataformas digitales. Sin embargo, la mayoría manifestó incomodidad ante lo que percibieron como un mensaje legalista, restrictivo y centrado más en normas externas que en el corazón del evangelio. Este episodio ha reavivado la conversación sobre hasta qué punto el liderazgo espiritual debe imponer reglas personales a toda la congregación y cómo discernir entre mandatos bíblicos reales y opiniones particulares.
Al final, este caso ilustra lo fácil que es que un mensaje mal comunicado se salga de control en la era digital. También nos recuerda que, como creyentes, debemos cuidar cómo presentamos el evangelio, evitando añadir cargas que Dios no ha impuesto. La Biblia nos llama a vivir en santidad, sí, pero también a hacerlo desde la convicción del Espíritu y no desde el miedo al castigo humano. Cuéntanos en los comentarios: ¿qué opinas tú sobre este tema?