Recientemente se dio a conocer un hallazgo que sorprendió a muchos fanáticos de la famosa cantante colombiana Shakira: un poema escrito por ella cuando tenía tan solo 11 años. Este descubrimiento reveló un lado poco conocido de la artista, mostrando no solo su sensibilidad artística desde temprana edad, sino también una profunda fe en Dios que plasmó en aquellas líneas llenas de inocencia y sinceridad.
Según las informaciones difundidas, la carta fue compartida por Olga, una maestra que asegura haber dado clases a Shakira durante su niñez, a través de una entrevista en Terra TV. En dicha entrevista, Olga afirmó que desde pequeña, la futura estrella ya mostraba una inclinación muy marcada por la escritura, la música y la reflexión espiritual. Criada en un hogar con formación católica, Shakira no solo demostraba talento, sino también una profunda sensibilidad hacia Dios, algo que quedó reflejado en este poema que hoy se ha vuelto viral entre sus seguidores.
El poema, escrito a mano, deja ver a una niña con una capacidad de expresión impresionante para su edad, capaz de comunicar emociones y pensamientos con una madurez que sorprendió a quienes lo leyeron. En él, Shakira expresa su fe, su admiración por Dios y su deseo de encontrar sentido y propósito en la vida. Estas palabras tempranas son una muestra del talento natural que más tarde se transformaría en letras y melodías que la llevarían a la fama internacional.

Muchos han visto en este poema una señal de que Dios ya estaba obrando en el corazón de Shakira desde su infancia, preparándola para una vida de influencia y alcance global. Sin embargo, también invita a reflexionar sobre cómo las circunstancias, las oportunidades y las presiones de la fama pueden alejar a una persona del propósito original para el cual fue creada. Su historia nos recuerda que el talento y la creatividad son dones divinos que deben ser usados para honrar a Aquel que los concede.
No todo fue tan fácil en el canto
A menudo, cuando vemos a una figura pública alcanzar el éxito, no imaginamos el camino de esfuerzo, rechazo y perseverancia que hubo detrás. En el caso de Shakira, su ascenso a la fama no fue sencillo. En una entrevista para el programa 60 minutos, la artista relató que en su infancia fue víctima de burlas por su manera de cantar. Algunos de sus compañeros y profesores le decían que su voz sonaba “como la de una cabra”, debido al vibrato natural que hoy se ha convertido en una de sus características más distintivas.
Pese a las críticas, Shakira no se dio por vencida. Continuó perfeccionando su técnica vocal y desarrollando su estilo propio. Con el paso de los años, esa voz única que antes fue motivo de burla se transformó en su sello personal, llevándola a convertirse en una de las artistas más reconocidas del mundo. Ha ganado múltiples premios internacionales, incluyendo Grammys, Latin Grammys y Billboard Awards, y ha conquistado escenarios en todos los continentes. Su éxito es una prueba de que la perseverancia, combinada con el talento, puede abrir puertas que antes parecían imposibles.
Sin embargo, más allá del reconocimiento y los logros, la historia de Shakira nos deja una reflexión espiritual importante. En su niñez, cuando escribió aquel poema a Dios, su corazón estaba lleno de fe y admiración hacia el Creador. Con el paso del tiempo, su carrera la llevó a otros escenarios y estilos de vida, pero muchos creyentes oran para que un día esa misma fe infantil resurja con fuerza, y que la artista pueda redirigir su talento hacia aquel que se lo dio: el Señor.
La vida de Shakira es un recordatorio de que todo don viene de Dios, como dice la Biblia en Santiago 1:17: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces”. Desde su niñez, el talento de la artista fue evidente, pero el verdadero propósito de los dones no se encuentra solo en el éxito terrenal, sino en usarlos para glorificar al Creador.
Esperamos que, así como un día aquella niña escribió con devoción un poema a Dios, Shakira vuelva su mirada hacia Él y encuentre en su fe la plenitud que ninguna fama puede ofrecer. La música tiene el poder de sanar, inspirar y transformar, y cuando se pone al servicio de Dios, se convierte en una herramienta para tocar las almas. Que la vida de Shakira sea un ejemplo de cómo los talentos, cuando se rinden al Señor, pueden impactar al mundo de manera eterna.
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