A veces nos cansamos de exigirle a Dios que venga en nuestra ayuda, que nos extienda su mano poderosa, que queremos ser librados, pero ¿qué pasa que cuando recibes esa ayuda perfecta y que llega a tiempo? Pues no agradeces al Señor, porque solo querías aprovecharte de la ayuda que Dios te daría. Sé agradecido con Dios, alaba Su Santo Nombre y canta alabanzas al Dios Todopoderoso. Dios no es un Dios de maldad porque en Él habita la bondad y un amor infinito que no puedes llegar a comprender.
Es bueno que día tras día seas una persona humilde de corazón y que te puedas humillar ante el Señor, que puedas unirte a los demás en una sola adoración en agradecimiento a Dios, porque Su bondad y misericordia nos alcanzó a todos. Demos cánticos delante de Dios humillados en Su Espíritu de alabanzas a Dios.
Veamos un versículo del salmo 28 donde su autor alaba a Dios porque fue ayudado por Él, y con todo el corazón se sentía agradecido:
Jehová es mi fortaleza y mi escudo; En él confió mi corazón, y fui ayudado, Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi cántico le alabaré.
Salmos 28:7
Vemos la expresión de este escritor diciendo que el Señor es su fortaleza y escudo. Este hombre podía ver la mano de Dios una y otra vez, y es por eso él dice que su corazón se gozó y que le alabará con cánticos. Es bueno que seamos agradecidos delante de Dios, cantemos cánticos porque cada día somos ayudados por nuestro Dios.