Cada momento debemos dar gracias a Dios por todo, servirle con alabanzas solo a Él, porque Él es merecedor de toda gloria y honra. Cantemos con ese amor que Él ha depositado en nuestros corazones.
Seamos agradecidos y actuemos con ese amor infinito que Él nos ha dado, para que así podamos amar a los demás, para que demos a conocer que Su amor es grande, más grande que la vida, tanto así que Él nos amo primero, ¡oh! demos alabanzas al Señor por esta gran obra manifestada en nosotros. Oh, Señor ante Ti nos postramos porque Tú eres nuestro Dios.
Nadie Señor es como Tú, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, ni en lo más profundo, todos deben rendirse en alabanzas ante Ti, dándote todo honor, porque Tuya es la gloria y el poder, Te alabamos Señor.
Señor, con mi alabanza invocaré Tu santo y bendito nombre, dándote gracias por ese amor que provoca un gran gozo en mi corazón, y ese gozo hace que yo pueda cada día gozarme en Ti, cantando con gran alegría., dando alabanzas y reconociendo que Tú eres grande y maravilloso. Sin Tu amor Señor yo no podría vivir y por eso Te alabo.
Cantadle, cantadle salmos; Hablad de todas sus maravillas.
Salmos 105:2
Hagamos como como nos dice este verso, cantemos, cantemos salmos, hablemos de las maravillas de Dios.
A Dios no dejaré de cantar, cantaré mientras viva. Cada día puedo ver Su mano poderosa actuando a mi favor, pero no solamente cantaré por el favor de Dios en mis peores situaciones, sino porque su misericordia estará conmigo todos los días. Dios me ha guardado y con su amor ha llenado mi corazón, alabado sea Su nombre.