Sabemos que se nos presentan malas situaciones de vez en cuando y a veces causan un desenfoque total en nuestra vida espiritual, nos vamos alejando de cosas provechosas que antes hacíamos.
No olvidemos que quien suple nuestras necesidades es nuestro Dios grande y poderoso, no dejemos de confiar en Él, aprovechemos el tiempo de escasez y demos la gloria con regocijo, cantando alabanzas al Dios grande y poderoso que no deja a sus hijos en vergüenza. Creamos en el Señor con todo nuestros corazones, demos gracias delante de Él.
Él es soberano y poderoso, alabémosle, porque su propósito en nuestras vidas es grande. Alabamos a Dios porque Él es quien suple todo lo necesario en nuestras vidas.
Con manos levantadas hacia el cielo, demos gracias a Dios cuando nuestras despensas estén vacías, cuando no haya absolutamente nada, que solo tengamos a Dios, porque si tenemos a Dios, entonces lo tenemos todo, alabemos a Dios porque Él es el dueño de todo.