A Dios cantaré salmos dando gracias por Su obra en mí. Mis alabanzas, que brotan desde lo más profundo del corazón, las dedicaré únicamente a Él. No existe un Dios tan grande, tan poderoso y tan lleno de amor como mi Señor, por eso levanto mis manos y mi voz para agradecer por todas las buenas obras que ha hecho en mi vida y por las que continúa haciendo cada día, aun cuando no las merezco.
Cuando llegue el momento de escribir una canción, no lo haré buscando fama, aplausos o aprobación humana. La escribiré para Dios, mi salvación y mi roca eterna. Él me dio vida, me levantó cuando estaba caído, perdonó mis pecados y me dio propósito. Por eso, solo a Él entregaré mi cántico, porque solo Él lo merece. La música cristiana no debe nacer del deseo de agradar al mundo, sino del anhelo de exaltar el nombre del Señor.
Existen muchas maneras de escribir una canción para Dios: algunas nacen de la gratitud, otras de la adoración, otras del dolor y aun otras del arrepentimiento. Pero todas deben tener algo en común: reconocer que Dios es el centro y que todo lo que somos y tenemos proviene de Él. En esta ocasión, veremos un ejemplo hermoso de un compositor cristiano que se inspiró en la Biblia para escribir una canción que ha impactado a muchos creyentes alrededor del mundo.
Estamos hablando de la canción titulada Portador de Tu gloria, una alabanza conocida por su letra profunda, poética y centrada en exaltar al Señor. Esta canción fue escrita tomando como base el Salmo 19, un capítulo donde David contempla la grandeza de Dios reflejada en la creación. Los cielos, el firmamento, el sol y las estrellas hablan sin palabras, pero anuncian la obra gloriosa del Creador.
La estrofa principal de esta canción dice:
Los cielos cuentan Tu gloria, Señor
El firmamento anuncia Tus obras
De día y noche es oída Su voz
Proclamando Tu grandeza
Y el coro continúa con una declaración de entrega y compromiso:
Y yo proclamaré Tu grandeza y Tu poder
Anunciaré con mi vida que Tú eres el Rey
Y como el cielo y las estrellas
Portador de Tu gloria seré
En esta letra podemos ver claramente cómo el artista reconoce el poder de Dios, Su majestad y Su grandeza. La canción no se enfoca en el hombre, sino en Dios. Es una proclamación de lo que Él es y una decisión de vivir para reflejar Su gloria. Así como los cielos dan testimonio del Creador, el compositor decide ser también un testigo vivo de Su poder.
El pasaje bíblico que inspiró esta canción, el Salmo 19, dice:
1 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
2 Un día emite palabra a otro día,
Y una noche a otra noche declara sabiduría.
3 No hay lenguaje, ni palabras,
Ni es oída su voz.
4 Por toda la tierra salió su voz,
Y hasta el extremo del mundo sus palabras.
En ellos puso tabernáculo para el sol;
Salmos 19:1-4
Qué hermoso es ver que todavía hay compositores que vuelven a la Biblia, la Palabra de Dios, para encontrar inspiración y escribir canciones que edifican, que proclaman la verdad y que glorifican al Creador. En tiempos donde muchas letras cristianas se han vuelto superficiales, necesitan resurgir compositores que vuelvan su mirada a las Escrituras, como lo hizo David, Asaf, Moisés, y muchos otros siervos de Dios.
¿Conoces a algún compositor cristiano que escriba canciones directamente basadas en la Biblia? ¿Te gustaría que más canciones fueran así, inspiradas en la Palabra? Déjanos un comentario y juntos sigamos exaltando al Dios que merece toda la gloria.