En medio de la sequía cantemos al Señor y nuestra vida será saciada

A veces nuestras vidas pasan por momentos desesperantes, en donde no tenemos fuerzas para continuar, y ya sentimos que no podemos dar un paso más. Pero no nos olvidemos de nuestro Dios poderoso, cantemos a Él y el nos ayudará.

En medio de la sequía Dios puede ser nuestra lluvia, desde el cielo puede descender lo mejor de parte de nuestro Dios, creamos porque solo Dios es quien puede cubrir nuestras necesidades, adoremos su nombre, sin Él no podemos hacer nada.

Cuando ese momento llegue a tu vida, levanta tus manos hacia el cielo y canta en el nombre del Señor, bendícele solo a Él, pídele en alabanzas y verás que tu vida cambiará.

Recordemos que cuando tu vida está pasando estos momentos difíciles, debes recurrir a Dios, pero no nos olvidemos que no es solo en ese momento sino que en todo momento podamos adorar y orar a Dios para que ese momento de sequía se termine y venga el momento en que todo cambie.

Como hijos fieles de Dios debemos siempre adorar y cantar al Señor, nuestro Señor se merece todo lo mejor de nosotros. Demos a Dios cánticos de verdad, cánticos que lleguen a su trono, y que así mismo su presencia caiga en nosotros como rocío y llene nuestra sequedad, seamos saciados, seamos llenos de su Santo Espíritu. Que ese rocío de su presencia fortalezca nuestras vidas, que totalmente quedemos llenos para poder seguir adelante en el Señor. Así que, cantemos a Dios con el corazón, clamemos en adoración a Dios y Él nos responderá.

Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas,

Salmos 63:1

Clamemos al igual que este escritor y salmista, que pedía a Dios en medio del desierto enviara de su lluvia, en aquella tierra seca y árida donde no hay agua. David decía «mi alma tiene sed de ti». Todos sabemos que Dios es quien puede darnos sustento en medio de la sequía, nos puede enviar de su lluvia bendita para que seamos saciados. No dudemos y pidamos a Él con salmos de alabanzas, Él es bueno.

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Cantemos el Salmo 84 en medio de estos tiempos difíciles
Donde quiera que nos encontremos, cantemos la victoria que viene de nuestro Dios
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