Entremos por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanzas, cantando y expresando lo bueno que es Dios con toda su creación. Adoremos a Dios porque Él es merecedor de todas nuestras adoraciones.
Postrémonos delante de Dios, donde quiera que estemos cantemos a Dios, demos himnos a nuestro Dios, adoremos su Santo y bendito nombre, estemos gozosos todo el tiempo.
Gocémonos en su presencia, porque cuando cantamos a Dios nuestro corazones deben regocijarse, ninguna otra cosa puede darnos gozo sino cuando cantamos salmos a su nombre.
4 Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; Exaltad al que cabalga sobre los cielos.
JAH es su nombre; alegraos delante de él.
5 Padre de huérfanos y defensor de viudas Es Dios en su santa morada.
Salmos 68:4-5
No cesemos de alabar el nombre de Aquel que hizo los cielos y la tierra, que merece nuestras alabanzas, Dios alto y sublime, no hay otro nombre al cual podamos cantar, solo uno. Este es digno de majestad gloria e imperio, su grandeza es evidente en nuestras vidas.
Bendito sea el santo de Israel que sacó a su pueblo con mano fuerte, Aquel que hizo que aquellos jóvenes no se quemaran en medio del fuego, que salvó a aquel hombre que habitó en medio de leones. Este es Dios poderoso que merece la honra y la gloria, demos gracias a Dios, siempre estemos atentos a alabar y a glorificar su altísimo y santo nombre por los siglos de los siglos.
Adoremos, cantemos solo a Dios, para siempre estemos más que alegres de ser parte de su creación hermosa y bendita. Por eso cada día seamos obedientes y demos salmos de alegría al Señor. Miremos todo lo hermoso creado por nuestro Dios maravilloso, gracias damos por Su amor y paz.