La película cristiana Breakthrough (Un amor inquebrantable) ha tenido un éxito increíble, y cuando hablamos de éxito no nos referimos solamente a la venta de taquillas, sino principalmente a lo espiritual, ya que esta película ha causado un gran impacto en las vidas de muchas personas por su poderoso mensaje de fe, esperanza y confianza absoluta en Dios.
Basada en hechos reales, Breakthrough cuenta la historia de un joven que, tras caer en un lago congelado y permanecer varios minutos bajo el agua, es declarado clínicamente muerto. Sin embargo, su madre se niega a aceptar ese diagnóstico y comienza una intensa oración que desafía toda lógica humana. Lo que sigue es un milagro que ha conmovido al mundo entero: el muchacho despierta sin secuelas y se convierte en un testimonio viviente del poder de Dios. Esta historia ha tocado los corazones de millones, recordándonos que cuando la ciencia no tiene respuesta, Dios sigue teniendo la última palabra.
Según diversos reportes, el impacto ha sido tan profundo que en países como Brasil se registraron testimonios de personas que se entregaron a Cristo en los mismos cines después de ver la película. ¡Increíble! Y es que este tipo de producciones muestran cómo el cine puede ser una herramienta evangelizadora que trasciende la pantalla para llegar al alma. Deseamos que Dios siga utilizando el arte y los medios audiovisuales para transformar vidas y llevar Su mensaje de salvación a todos los rincones del mundo.
En el plano cinematográfico, Breakthrough también ha logrado reconocimiento en la industria. Ya se aproxima la edición número 92 de los premios Óscar, y para sorpresa de muchos, una canción cristiana de esta película fue incluida en una de las categorías más importantes de la premiación: “Mejor canción original”. Este hecho marcó un precedente, ya que pocas veces una producción abiertamente cristiana logra figurar entre los grandes nombres de Hollywood.
La canción seleccionada es la pieza principal de la película, titulada “I’m Standing With You”, escrita por la reconocida compositora Diane Warren e interpretada por Chrissy Metz, quien también protagoniza la cinta. Su letra es una declaración de fe, amor y apoyo incondicional, reflejando perfectamente el mensaje de la película: Dios está con nosotros en medio de las tormentas, y Su poder se manifiesta cuando decidimos creer.
Dentro de la película también se escucha la conocida canción “Oceans” del grupo Hillsong UNITED, un tema que ha inspirado a millones de creyentes en todo el mundo. Sin embargo, la nominación a los Óscar recayó específicamente en “I’m Standing With You” por ser una composición original creada para la historia.
Cabe destacar que esta canción compitió con otras grandes producciones de la industria cinematográfica, tales como “I Can’t Let You Throw Yourself Away” de Toy Story 4, “Into The Unknown” de Frozen 2, entre otras destacadas piezas musicales. Aunque los nombres de Disney y Pixar suelen dominar estas categorías, el simple hecho de que una canción cristiana estuviera entre las nominadas fue motivo de alegría para toda la comunidad de fe.
Más allá de si ganó o no el premio, lo realmente importante fue el impacto espiritual que esta película y su música generaron. “I’m Standing With You” se convirtió en un himno de esperanza, motivando a muchas personas a confiar en que Dios puede obrar milagros incluso en los momentos más difíciles. Chrissy Metz declaró en una entrevista que cantar esa canción fue para ella una experiencia profundamente espiritual y que espera que cada persona que la escuche sienta el abrazo de Dios en medio de sus pruebas.
El cine cristiano continúa creciendo y demostrando que las historias de fe pueden competir dignamente en las grandes plataformas. Cada película que exalta el nombre de Dios es una oportunidad para que el mensaje de Cristo llegue a más corazones. Rogamos a Dios que se sigan levantando directores, guionistas y artistas dispuestos a glorificar Su nombre a través de su talento, recordando que todo lo que hacemos debe ser para la honra y gloria del Señor.
Independientemente de los premios o el reconocimiento humano, lo más importante es que vidas sean tocadas, corazones sean restaurados y que, a través del cine, muchos puedan conocer al Dios que hace lo imposible posible.