En nuestro canal de Youtube tenemos algunos videos muy educativos sobre este tema, que nos advierten sobre cosas que no debemos hacer durante la alabanza, ya que son realmente molestas y que de una manera u otra afectan la excelencia que le queremos dar al único y eterno Dios.
Podemos comenzar nuestro artículo con el siguiente verso bíblico dicho por el apóstol Pablo:
Pero hágase todo decentemente y con orden.
1 Corintios 14:40
Puede que algunos hermanos se tomen esto como que «queremos matar lo espiritual», pero ese no es el caso, ya que todo lo que ofrecemos a Dios debe ser con excelencia, porque es para alguien Superior a cualquier persona importante que vayamos a recibir, ejemplo, si recibes al presidente, ¿cómo lo recibirías? Lo cierto es que intentarías dar lo mejor de ti, ahora imagínate a Dios, el Rey de reyes y Señor de señores.
¿Cuáles cosas son molestas a la hora de la alabanza? Usted puede ir pensando y escribiendo en los comentarios las que ve en su iglesia, puesto que diferentes denominaciones usan distintos instrumentos para adorar al Señor, pero en cuanto a nuestra experiencia podemos hablarles de ciertos hermanos que a la hora en que el grupo de alabanza está exaltando al Señor, ellos comienzan a tocar un pandero fuera de tiempo desde los asientos, perturbando el ritmo la música y creando distracción en el auditorio.
Otras cosas que están mal son salir y entrar del local en ese momento, secretear con otros hermanos, tocar las palmas fuera de ritmo, etc, y así hay muchas otras cosas que desconcentran, por lo tanto, la iglesia como tal debe encargarse de reducir ese tipo de cosas para poder darle lo mejor a Dios, y no menospreciar a nadie, sino entre nosotros mismos, con debilidades, aprender a cómo darle lo mejor al Creador.
La adoración requiere orden y reverencia
El apóstol Pablo enseñó a la iglesia de Corinto que todo debía hacerse con orden, porque el Dios al que servimos no es Dios de confusión, sino de paz. La alabanza no es un momento para distraer o para hacer notar nuestro talento, sino un tiempo de comunión, humildad y respeto ante la presencia del Señor. Si en la alabanza hay ruido, desorden o distracción, perdemos la esencia de lo que significa adorar “en espíritu y en verdad”.
Por eso, debemos entender que la excelencia no se trata de perfeccionismo humano, sino de disposición del corazón. Se trata de tener un corazón reverente que reconoce que Dios merece lo mejor, tanto en la música como en nuestra actitud. Cuando cada creyente comprende esto, la congregación se edifica y el ambiente espiritual se llena de la gloria de Dios.
Consejos para mejorar la experiencia de alabanza
Para tener una alabanza ordenada y edificante, es importante preparar tanto el corazón como los instrumentos. Los músicos deben ensayar con dedicación, orar juntos antes de cada servicio, y buscar la dirección del Espíritu Santo. Los demás hermanos deben mantener una actitud de respeto y recogimiento, evitando hablar, reír o distraer a otros durante la adoración.
Asimismo, los líderes pueden orientar a la congregación acerca del significado de la adoración. Enseñar que no se trata de un espectáculo, sino de un momento santo donde el centro debe ser Cristo. De esta manera, toda la iglesia se moverá en un mismo espíritu, y el Señor se agradará de la adoración ofrecida.
Conclusión
Cuando aprendemos a adorar con orden, reverencia y respeto, reflejamos un corazón verdaderamente entregado a Dios. No se trata de seguir reglas frías, sino de demostrar con nuestras acciones que reconocemos Su santidad. La próxima vez que te encuentres en medio de la alabanza, recuerda que estás delante del Dios Todopoderoso, digno de toda honra, gloria y majestad. Que cada canto, cada instrumento y cada palabra salgan del corazón con el deseo sincero de exaltar Su nombre.
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