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Tienes que escuchar esta canción de navidad

Navidad, para muchos cristianos, es una época que prefieren no celebrar porque la consideran una festividad de origen pagano. Sin embargo, para otros creyentes es una hermosa oportunidad para recordar, meditar y celebrar el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, el Salvador del mundo. Más allá de debates culturales o históricos, lo verdaderamente importante es que Cristo vino al mundo, y ese acontecimiento transformó la historia de la humanidad. A lo largo de los años se han escrito muchas canciones que exaltan este momento glorioso, pero hoy queremos reflexionar sobre una en particular: la canción «Noche Divina», escrita originalmente por Placide Cappeau y, en este caso, interpretada y arreglada por la Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo (IBI).

Esta canción nos transporta a aquella noche en que el mundo, envuelto en tinieblas y pecado, recibió el resplandor de la luz de Cristo. La humanidad vivía sin esperanza, esclava del pecado, separada de su Creador. Pero con el nacimiento de Jesús, la luz irrumpió en medio de la oscuridad. La letra lo expresa de una manera conmovedora:

Una esperanza al mundo regocija
La luz de un nuevo día al fin brilló

¿Te imaginas ese silencioso y humilde momento en Belén? El Hijo de Dios, el Rey eterno, naciendo en un pesebre. No hubo palacios ni multitudes importantes, pero sí hubo gloria celestial. Los ángeles se aparecieron a los pastores anunciando buenas nuevas de gran gozo. Fue una noche distinta, una noche divina, porque el Salvador había llegado. Aquel niño no era un simple recién nacido, era el cumplimiento de las profecías, la esperanza hecha carne, el Emanuel: Dios con nosotros.

El mundo ya no sería el mismo. Los que caminaban en tinieblas vieron gran luz. En ese pequeño niño descansaba el plan de redención de Dios para toda la humanidad, no solo para Israel, sino también para gentiles, esclavos, libres, ricos, pobres, hombres y mujeres de todas las naciones. Por eso, esta canción no solo nos habla de un evento histórico, sino de una verdad eterna: Jesús vino a liberarnos del pecado, a romper nuestras cadenas y a traernos paz.

Hoy, adorad, los ángeles lo anuncian
Oh Noche Divina, nació el Salvador
Nos libertó, rompió nuestras cadenas

Cristo no solo nació, sino que también vivió una vida perfecta, murió por nuestros pecados y resucitó para darnos vida eterna. Por esa razón, la canción continúa recordando que Su ley es amor, Su mandato es paz, y que nos enseñó a amarnos unos a otros. Esta verdad es tan profunda que no debería limitarse a una fecha del calendario. No adoramos a Cristo solo en diciembre; lo adoramos con nuestra vida entera, todos los días del año.

Su ley, su amor y su paz se nos dio
Nos enseñó a amarnos uno al otro
Y en su nombre ya no hay más opresión

Por eso, aunque algunos no celebren la Navidad como una festividad, todos los cristianos sí tenemos un motivo eterno para celebrar: Cristo vino al mundo. Y esta canción es una invitación a postrarnos en adoración, a recordar con gratitud que Él dejó Su trono, se hizo hombre y habitó entre nosotros. Es una exhortación a alabar no solo con los labios, sino con el corazón, con la vida, con obediencia y reverencia.

El nacimiento de Jesús no es simplemente una historia hermosa; es el inicio visible del plan de salvación manifestado en carne. Por eso, canciones como «Noche Divina» no solo son parte de una tradición navideña, sino una proclamación del evangelio. Nos recuerdan que Jesús es la verdadera luz, el verdadero Rey de gloria, digno de toda honra y alabanza.

Te animamos a que no solo escuches esta canción, sino que también la vivas, la medites y la cantes con entendimiento. Adora al Salvador por quien es y por lo que ha hecho. Que no solo en Navidad, sino cada día de tu vida, puedas decir: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz”.

Tenemos motivos suficientes para adorarle siempre. Que nuestros corazones se unan a esa proclamación celestial: Cristo ha nacido, Cristo ha vivido, Cristo ha muerto, Cristo ha resucitado y Cristo volverá. ¡Oh Noche Divina!

Un Dios Creador al cual debemos cantar
Un cántico sobre Jesús
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