Alabaré Tu nombre, oh Dios, porque es bueno

El salmo 54 fue escrito por el rey David cuando los Zifeos le traicionaron. Hubo dos traiciones de parte de los Zifeos en confabulación con Saúl, lo encontramos en 1 Samuel 23 y 1 Samuel 26, aunque según analistas este salmo va más acorde con la traición en 1 Samuel 23. Así que, este salmo es un cántico de gratitud a Dios por haberlo liberado de los Zifeos. En medio de la persecución y el peligro, David levantó su voz no para quejarse, sino para confiar plenamente en el Señor, quien era su defensor y sustento. Este salmo nos enseña cómo mantener la fe firme cuando todos parecen traicionarnos, recordando que Dios nunca falla a los que confían en Él.

En los primeros versos de este salmo vemos a David suplicando a Dios que lo escuche y lo libre de sus enemigos (los Zifeos). El pasaje histórico lo encontramos en el libro de Samuel:

19 Después subieron los de Zif para decirle a Saúl en Gabaa: ¿No está David escondido en nuestra tierra en las peñas de Hores, en el collado de Haquila, que está al sur del desierto?

20 Por tanto, rey, desciende pronto ahora, conforme a tu deseo, y nosotros lo entregaremos en la mano del rey.

21 Y Saúl dijo: Benditos seáis vosotros de Jehová, que habéis tenido compasión de mí.
1 Samuel 23:19-21

David había sido un fiel servidor de Saúl, sin embargo, fue perseguido injustamente por celos y envidia. En ese contexto, los Zifeos, que eran de su misma tribu, traicionaron su ubicación al rey Saúl. Aun así, David no levantó su mano contra el ungido del Señor ni buscó venganza, sino que clamó a Dios, pidiéndole justicia y protección. Esta actitud muestra un corazón conforme al de Dios: en lugar de actuar por impulso, David decidió esperar la intervención divina.

Recordemos que Saúl estaba persiguiendo a David para tomarle la vida, pero Dios no lo permitió. Aunque los de Zif le traicionaron, el Señor escuchó la oración de Su siervo y lo libró de sus enemigos. En el desierto, sin refugio y rodeado de peligro, David experimentó el poder de Dios como escudo protector. En momentos así, comprendemos que la confianza en Dios no es una teoría, sino una práctica viva que se fortalece en la adversidad. Cuando nadie más puede ayudarnos, Él extiende Su mano poderosa y nos libra del mal.

El salmo 54 no solo es un clamor por auxilio, sino también una declaración de fe. David reconoce que su salvación no viene de hombres, sino del Dios todopoderoso que defiende la causa del justo. Su ejemplo nos enseña que aun cuando seamos traicionados por personas cercanas, debemos mantener el corazón limpio y seguir confiando en que Dios hará justicia a Su tiempo.

Dada la victoria de parte de Dios para Su siervo, por haberle libertado de los de Zif y de la mano de Saúl, David entonó palabras de agradecimiento:

6 Voluntariamente sacrificaré a ti; Alabaré tu nombre, oh Jehová, porque es bueno.

7 Porque él me ha librado de toda angustia, Y mis ojos han visto la ruina de mis enemigos.
Salmo 54:6-7

David habla aquí de ofrecer a Dios un sacrificio voluntario, no algo obligatorio o impuesto, sino fruto de un corazón agradecido. El sacrificio voluntario representa adoración sincera, una respuesta de amor ante la fidelidad divina. Cuando Dios nos libra del mal, cuando nos saca del pozo de la desesperación o nos protege de quienes buscan nuestro mal, nuestra mejor respuesta debe ser alabanza y gratitud. David no se atribuyó la victoria a sí mismo ni a su habilidad como guerrero, sino que reconoció que fue Dios quien peleó por él.

Hoy, este salmo sigue siendo una fuente de consuelo para los creyentes que enfrentan traición, injusticia o persecución. Nos recuerda que Dios ve lo que otros no ven, que escucha nuestras oraciones más sinceras y que jamás abandona a los suyos. En momentos donde sentimos que el mundo se vuelve en nuestra contra, recordemos que tenemos un defensor celestial que nunca pierde una batalla. Así como libró a David, también nos librará a nosotros.

Demos gloria a Dios y alabanzas por lo que Él ha hecho por nosotros. Que cada liberación, cada respuesta y cada milagro sea una oportunidad para reconocer Su bondad. Al igual que David, levantemos nuestra voz y digamos: “Alabaré tu nombre, oh Jehová, porque es bueno”. Su fidelidad es eterna, y Su misericordia nunca falla.

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Cantaré de Ti entre las naciones
Grande es Dios, y digno de ser en gran manera alabado

1 comment on “Alabaré Tu nombre, oh Dios, porque es bueno

  1. Santo eres Jesús para siempre tú misericordia te amo mi Dios gracias por estar por la bella palabra Dios le bendiga

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