Puso luego en mi boca cántico nuevo

El salmo 40 es un salmo muy conocido, incluso, casi todos sabemos citar su primer versículo. Pero el que sea un salmo conocido y que lo sepamos memorizar fácilmente no quiere decir que tenga menos importancia, recordemos que toda la Palabra de Dios es útil para toda buena obra.

Este salmo posiblemente sea un agradecimiento a Dios de parte de David por haberlo librado de sus sufrimientos y darle la coronación como rey:

1 Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.

3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová.

Salmo 40:1-3

Estos versos destacan la victoria que viene luego de la paciencia, también el saber que Dios realmente nos escucha en esos momentos duros del día a día, que Él no está sordo. Aquí, en el primer verso dice que Dios se inclinó a David y escuchó su clamor, lo que quiere decir que el Señor quitó esa amplia barrera que separa a los hombres de Él, removió cualquier distancia que existiese entre Él y su siervo.

¿Sabías que de la misma manera en que Dios se inclinó a David también lo ha hecho con nosotros al Cristo morir en la cruz del calvario? No hay distancia, Dios está ahí, ¡clama a Él!

David también dice que Dios lo sacó de sus desesperaciones. Recuerden las amplias batallas que tuvo este siervo de Dios, comenzando con Goliat, también las varias veces que Saúl le persiguió para privarlo de su vida. Oh hermanos, nuestro Dios es poderoso para sacarnos del pozo de la desesperación.

Y finaliza diciendo: «Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová». Al final, al principio, en el centro, lo que tiene realmente significado es que Dios ponga en nuestros labios cántico a Él, alabanzas a nuestro Dios por lo que ha hecho y por lo que hará.

¡Alaba a tu Dios, Él es digno!


Este salmo también nos enseña una poderosa lección sobre la espera. En un mundo donde todo es inmediato, esperar en Dios se ha vuelto una virtud olvidada. Sin embargo, David aprendió que la paciencia en el Señor nunca es en vano. A veces Dios nos permite pasar por procesos difíciles para fortalecer nuestra fe, y cuando parece que estamos en el “pozo de la desesperación”, en realidad Él está preparando el terreno para un milagro. La espera de David fue larga, pero al final Dios le dio un cántico nuevo, una razón fresca para alabarlo con todo el corazón.

También podemos ver que este salmo tiene un significado profético que apunta a Cristo. Jesús mismo experimentó el sufrimiento, la humillación y la desesperación del ser humano. Él esperó pacientemente la voluntad del Padre, y fue levantado de entre los muertos, dándonos una nueva canción: el cántico de la redención. Así como David fue levantado del lodo cenagoso, Cristo fue levantado de la tumba, y en Él nosotros también somos levantados para cantar un cántico nuevo de salvación.

Por eso, este salmo es más que un testimonio de David: es una invitación a confiar plenamente en Dios. Él sigue inclinándose a nosotros, escucha nuestro clamor, y aunque parezca que el silencio de Dios es eterno, en el momento perfecto Él responde. Cuando lo hace, cambia nuestra tristeza en gozo y nuestra angustia en una melodía de victoria.

Que cada día podamos recordar este pasaje y aplicarlo a nuestra vida. Si estás atravesando un momento difícil, no desesperes, porque Dios no te ha olvidado. Él pondrá tus pies sobre la roca firme que es Cristo, y enderezará tus pasos para que camines seguro. Solo confía, espera con paciencia y mantén viva tu alabanza.

En conclusión, el salmo 40 nos enseña que la paciencia, la fe y la adoración son claves para experimentar el poder de Dios. Él transforma la desesperación en esperanza, y el lamento en cántico nuevo. No hay situación tan profunda de la que Dios no pueda sacarnos. Por eso, cuando Él ponga una nueva canción en tus labios, no la calles: cántala con gozo, porque otros verán, temerán y confiarán también en Jehová.

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Cantad alegres a Dios
Alaba la misericordia de Dios