Seamos gratos delante de nuestro Dios, cantemos a Él porque Su presencia está en medio de nosotros y con Él estamos más que seguros porque Él es nuestro Dios y sus moradas nos rodean día tras día.
Cuando hablamos de ser gratos delante de Dios, es que seamos agradecidos por todas las cosas que Dios ha hecho por nosotros, por las que está haciendo y por las que hará. Dios es bueno y santo y pronto reinaremos con Él por los siglos de los siglos. Alabemos por este hecho maravilloso de nuestro Señor, alabemos por Su grande misericordia y su bondad.
Cantemos himnos de gratitud a Dios, alabemos Su nombre porque Su poder y Su presencia se manifiesta en nosotros, alabemos porque le podemos sentir cada día, porque cuando le sentimos nos sentimos maravillados, nos sentimos privilegiados por poder sentir la presencia de Aquel Dios grande y fuerte.
Las moradas que fue a preparar nuestro Señor Jesús son eternas, y por eso reinaremos con Él para siempre, alabemos por esta promesa tan grande. Dios no miente ni echa su palabra por el suelo, Él es la verdad y la vida, alabemos porque su gloria es grande, su poder nos cubre, y su diestra está por encima de nosotros.