Hoy en día vemos artistas cristianos que colaboran con artistas seculares. ¿Es correcto hacer esto? Estos artista cristianos que hacen este tipo de eventos dicen que esto es para que los artistas seculares puedan conocer a Cristo y procedan al arrepentimiento pero, ¿será esta la mejor forma de traerlos a los pies del Maestro?
Una plataforma donde ya se ha orado y ha sido puesta en las manos de Dios para que Él habite y para que las personas sean transformadas, no debemos compartirla con alguien que no conoce de Dios y canta canciones vacías sin Dios y sin amor.
Otra cosa muy importante que acontece es que, muchos de estos artistas hacen y deshacen antes de llegar al escenario y después de salir y esto no es agradable ante la presencia de Dios.
Nosotros como cristianos debemos cuidar los principios del cristianismo, ó sea esa gracia que Dios depositó en nuestras vidas, dando ejemplo a los demás. Aunque quizás un grupo esté de acuerdo, lo que debemos ver es qué dice el Señor a esto.
Recordemos que un artista secular no tiene para dar a una persona que esté en necesidad espiritual, porque su corazón está vacío y sin Dios, esto sucede porque nunca ha conocido al Señor, la gracia de Dios no está en su vida.
Veamos qué nos dice la Biblia en cuanto a esto:
4 ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?
Cualquiera,5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano:
El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?Santiago 4:4-5
Claramente, no podemos darle el lugar santo a una persona que vive su vida en pecado a menos que se arrepienta, pero en este caso esa persona solo va a cantar porque el artista cristiano le convidó. Sabemos que a Dios no le agrada esto.
Por eso citamos el libro de Santiago que nos habla de estas cosas muy importantes, acerca de las cosas del mundo. El autor de este libro dice que todo el que está fuera de Dios es un adúltero espiritual, alguien que busca placer en lo terrenal y se aleja de la verdad. El mundo ofrece fama, dinero y poder, pero el evangelio de Cristo nos llama a vivir en humildad, obediencia y santidad. No podemos mezclar la luz con las tinieblas, ni tratar de justificar acciones que contradicen los principios del Reino de Dios.
Cuando un artista cristiano comparte escenario con alguien que no honra a Dios, está enviando un mensaje confuso a la audiencia. Muchos jóvenes que siguen estos eventos pueden pensar que no hay diferencia entre servir a Cristo y seguir el mundo, y eso es un gran peligro. La Biblia nos enseña que debemos ser apartados, santos, y mantener un testimonio íntegro delante de los hombres. Recordemos las palabras de 2 Corintios 6:14: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?”
Dios nos llama a influir, pero no a contaminarnos. Sí, debemos llevar el mensaje del evangelio a toda criatura, pero sin comprometer la verdad. Jesús comía con pecadores, pero no hacía lo que ellos hacían, ni cantaba sus canciones, ni compartía sus escenarios para agradar al público. Su intención siempre fue transformar vidas, no entretenerlas. Por eso debemos orar por los artistas cristianos, para que no caigan en el error de buscar fama bajo la excusa de evangelizar.
El verdadero evangelismo nace de un corazón obediente y guiado por el Espíritu Santo, no de una estrategia comercial o de una colaboración musical. Dios no necesita mezclas, Él busca corazones consagrados. Si de verdad queremos alcanzar a los artistas seculares, debemos hacerlo desde el testimonio, la oración y el amor genuino, no compartiendo un escenario donde Su nombre es usado solo como un símbolo o una estrategia de mercadeo.
Además, debemos recordar que toda plataforma cristiana debe ser usada para glorificar a Dios, no para promover alianzas que comprometen nuestra fe. Cuando una persona dedica su arte al Señor, debe hacerlo con pureza y discernimiento. No todo lo que parece “bueno” viene de Dios; por eso necesitamos sabiduría para distinguir entre una oportunidad y una trampa. Hay colaboraciones que pueden apagar el fuego espiritual y desviar la atención de lo eterno hacia lo temporal.
En conclusión, no se trata de juzgar, sino de discernir. Cada cristiano, y especialmente aquellos con influencia pública, deben preguntarse antes de aceptar una colaboración: ¿esto glorifica a Dios o al hombre? ¿Fortalece la fe o la debilita? Recordemos que todo lo que hagamos debe ser para la gloria de Dios, como dice 1 Corintios 10:31: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”.
Dios busca adoradores en espíritu y en verdad. No nos conformemos con la corriente del mundo, sino que seamos luz en medio de las tinieblas. Que nuestras canciones, colaboraciones y acciones sean un reflejo del Reino de Dios y no de las tendencias de la sociedad. Al final, el propósito no es llenar escenarios, sino llenar los corazones con el mensaje de salvación en Cristo Jesús.
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