¿Perdona el ser humano como perdona Dios?

Podemos descubrir a través de nuestras propias experiencias que la respuesta es no, puesto que el amor de Dios va mucho más allá que el de nosotros. Posiblemente a algunos de ustedes les ha pasado que una persona lo perdona por alguna cosa y más adelante le reclama aquella falta cometida con palabras como estas: si te hubieses llevado de mi aquel día no estuviesemos como estamos, ahora no te ayudaré porque en ese momento no me hiciste caso. Espero que con esta pequeña ilustración haya podido darme a entender, ahora bien ¿es esto perdón?.

La palabra de Dios nos dice en Miqueas 7:8:

¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente de su pueblo? No siempre estarás airado, porque tu mayor placer es amar.

Increíble, pero este verso es un cuadro perfecto de como Dios nos ama y nos perdona. Miqueas pregunta de forma afirmativa: «¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente de su pueblo?» Aquí nos podemos dar cuenta de dos características de Dios para con el ser humano: 1) Dios perdona la maldad, 2) Dios pasa por alto el delito del ser humano.  Estas dos características definen las gracia de Dios de manera muy relevante y muchas personas no entienden esto, por el hecho de que no pueden ver cuán alta es la Gracia del Padre para con nosotros. Entendamos algo y es que la gracia de Dios fue tan lejos que nosotros estando en nuestros delitos y pecados, no teniendo derecho a apelación alguna, porque habiamos violado toda la ley divina, aún así Él decidió enviar a su único Hijo a morir por nuestros pecados (Juan 3:16). Esto es increible, ¿acaso no es esto perdón? ¿acaso no es esto gracia? Glorificado sea Dios, que aún nosotros siendo pecadores nos ha amado con un amor que «sobrepasa» todo entendimiento y es justamente por esto que personas no pueden entender el amor de Dios. Este verso Miqueas lo termina con las siguientes palabras: » No siempre estarás airado, porque tu mayor placer es amar».  Bendito Dios que no ha mirado nuestro pecado, sino que ha visto a su Hijo en nosotros, el cual nos ha dado salvación.

Otro verso muy importante lo encontramos en Hechos 3:19:

Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor.

Dios no es como nosotros los humanos, vivimos recordando y recordando, escarbando en la basura cosas del pasado. Sin embargo, el solo nos pide: «Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios».  Y al hacer esto podemos obtener lo siguiente: «tiempos de descanso de parte del Señor». Glorificado sea nuestro Dios que no nos anda recordando nuestras fallas y errores, sino que «borra nuestros pecados», borrar es borrar, no volver a escribir.

Querido lector, tenemos un Dios perdonador. Si te acercas a Él con corazón puro y sincero alcanzarás el perdón de Dios y descanso.

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