Netflix es la plataforma de pago para películas y series más grande del mundo. De manera que, esta plataforma es una gran influencia, y ya muchas veces ha recibido el enojo del público por una que otras publicaciones ofensivas, llevándoles así a perder suscriptores en su servicio.
La controversial película de Netflix que está llevando a muchos usuarios a cancelar su suscripción se llama «Cuties» o «Guapis» en español. La descripción de la misma dice: «Amy tiene once y quiere unirse a un grupo de chicas de su edad que bailan en competencias, así que empieza a desafiar a su familia conservadora».
Aquellos que han visto la película dicen que los pedófilos pueden usarla de una manera inadecuada, ya que se presenta a las niñas bailando sexualmente, incluso, hay una escena donde una niña se le insinúa a un hombre.
El caso es que se preveía que Netflix obtuviera 500 mil nuevos usuarios inscritos en el trimestre, pero al contrario, la controversia de esta película produjo que unos 2.5 millones de usuarios cancelaran su suscripción de la plataforma.
Sin duda alguna, esta película es un mal, puesto que estamos hablando de «niñas» con bailes sensuales, en un mudo donde la «pedofilia» avanza, donde hay mucho desorden mental y sexual y da pena que una plataforma tan grande no haya tomado esto en consideración antes de publicar esto.
La polémica de “Cuties” provocó una de las mayores reacciones negativas que Netflix ha enfrentado en los últimos años. Miles de padres, líderes religiosos, asociaciones de protección infantil y usuarios comunes se unieron en redes sociales para expresar su rechazo, considerando que la producción vulnera los valores familiares y promueve la hipersexualización de menores. En Twitter y Facebook se popularizó el hashtag #CancelNetflix, que rápidamente se convirtió en tendencia mundial. Muchos compartieron capturas de pantalla cancelando su suscripción, asegurando que no apoyarían una plataforma que difunda ese tipo de contenido.
La empresa intentó justificar la película argumentando que su intención era hacer una crítica al modo en que las redes sociales influyen en los niños y adolescentes, empujándolos a comportamientos prematuros para obtener atención y aceptación. Sin embargo, esa explicación no convenció a la mayoría. Los espectadores sostuvieron que, aunque el mensaje pudiera tener buenas intenciones, la forma en que se presentó resultó inaceptable, ya que se expuso de manera directa a las menores en situaciones que no deberían haberse filmado ni mostrado públicamente.
Incluso, organismos oficiales de distintos países se pronunciaron sobre el tema. En Brasil, el Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos pidió que se revisara el contenido por considerar que podría violar leyes de protección a la infancia. En Estados Unidos, grupos conservadores y organizaciones civiles pidieron a la plataforma retirar el título de su catálogo. Algunos senadores norteamericanos exigieron explicaciones públicas sobre los criterios utilizados para aprobar dicha película.
Por otra parte, esta situación abrió un debate sobre la responsabilidad de las grandes compañías de entretenimiento. Netflix, como líder mundial del streaming, tiene la capacidad de influir en millones de personas, por lo que se espera que actúe con más cuidado al seleccionar sus producciones. Muchos usuarios recordaron que la empresa ya había enfrentado otras polémicas por contenidos considerados ofensivos hacia la fe cristiana o que promovían ideologías contrarias a los valores familiares.
El caso de “Cuties” dejó una importante lección para la industria audiovisual: la libertad artística no puede estar por encima de la protección de los menores. Mostrar a niños en contextos sexualizados no puede justificarse como arte o crítica social. Las producciones deben buscar transmitir mensajes positivos y constructivos sin poner en riesgo la integridad emocional y moral de los más pequeños.
En conclusión, esta película representó un antes y un después en la relación entre Netflix y su audiencia. Mientras algunos defienden la libertad creativa, la mayoría exige responsabilidad y respeto. Lo ocurrido con “Cuties” demuestra que los consumidores tienen poder y que, cuando se unen para defender valores fundamentales como la niñez y la familia, pueden generar un impacto real. Netflix, por su parte, deberá aprender de este error si desea recuperar la confianza de millones de suscriptores que esperan contenido seguro, edificante y adecuado para toda la familia.
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