Los llamados “zapatos satánicos” del rapero Lil Nas X generaron una gran controversia en todo el mundo, no solo por su apariencia y diseño, sino también por los símbolos e inscripciones que llevan. Estos tenis, inspirados supuestamente en una colaboración con la empresa MSCHF, incluyen detalles que ofenden directamente los valores cristianos: el número 666 en la parte inferior, un pentagrama —símbolo satánico— y una cita de la Biblia tomada de Lucas 10:18: “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo”. Además, los creadores afirmaron que cada par contiene “una gota de sangre humana” en las suelas, algo que llevó la polémica a otro nivel.
El modelo fue limitado a solo 666 pares, una cifra escogida con clara referencia al número del anticristo mencionado en el libro de Apocalipsis. Los zapatos fueron puestos a la venta a un precio de 1,018 dólares, otra alusión simbólica al versículo de Lucas. Rápidamente, las imágenes circularon por las redes sociales y causaron una ola de indignación entre cristianos, líderes religiosos y defensores de la moral pública, quienes consideraron la campaña como un acto de provocación deliberada contra la fe cristiana.
El rapero Lil Nas X, conocido por su estilo excéntrico y su constante desafío a las normas morales, promovió el producto como una forma de “expresión artística”, alegando que cada persona tiene derecho a interpretar la espiritualidad a su manera. Sin embargo, su historial musical —marcado por letras que exaltan el libertinaje, las drogas y la homosexualidad—, sumado a la estética abiertamente blasfema del producto, provocó un fuerte rechazo en amplios sectores de la sociedad. Muchos se preguntaron cómo una marca tan reconocida como Nike había permitido el uso de su logotipo en un producto de esta naturaleza.
La confusión aumentó cuando comenzaron a circular noticias de que Nike habría colaborado directamente con el artista y la empresa MSCHF (una compañía conocida por sus campañas provocativas y productos “experimentales”). Ante el escándalo público y las críticas que no dejaban de crecer, Nike se vio obligada a pronunciarse oficialmente y aclarar que no tenía ninguna relación con la fabricación o promoción de los llamados Satan Shoes.
En un comunicado, la compañía deportiva explicó que los zapatos eran en realidad modelos Nike Air Max 97 personalizados por MSCHF sin su consentimiento ni participación. La empresa enfatizó que no aprueba ningún producto que promueva simbología satánica o contraria a sus valores, y anunció que había interpuesto una demanda legal para proteger su marca y su reputación.
“MSCHF está recibiendo pedidos de zapatos conocidos como ‘Satan Shoes’, que son Nike Air Max 97 personalizados que MSCHF ha modificado materialmente para presentar un tema satánico de manera prominente”, declaró Nike en su demanda judicial.
Con esta acción, Nike busca limpiar su imagen y distanciarse de cualquier relación con un producto que ha provocado rechazo moral, religioso y social. La empresa argumentó que muchos consumidores confundieron la procedencia del calzado, creyendo que era una colaboración oficial, lo que podría haber afectado negativamente su reputación internacional.
Por su parte, MSCHF defendió su trabajo alegando que los “zapatos satánicos” eran una obra artística y que su intención era generar debate sobre la religión, la moral y la libertad de expresión. Sin embargo, esta defensa no convenció a gran parte del público, ya que el uso de símbolos demoníacos y la referencia a “sangre humana” fueron considerados excesivos y ofensivos incluso para quienes no profesan la fe cristiana.
El escándalo se produjo justo después del lanzamiento de un video musical del rapero titulado “Montero (Call Me By Your Name)”, en el que Lil Nas X aparece descendiendo al infierno y bailando frente a una figura que representa a Satanás. La coincidencia entre el video y la promoción del calzado reforzó la percepción de que el artista buscaba deliberadamente generar polémica a costa de símbolos religiosos, aprovechando la controversia como estrategia de marketing.
El caso provocó reflexiones más amplias sobre los límites de la “libertad artística” y el papel de los medios en promover mensajes contrarios a la moral cristiana. Mientras algunos defendieron la expresión individual del artista, muchos otros —incluyendo pastores, líderes cristianos y organizaciones— lo consideraron una muestra del creciente intento de normalizar el satanismo y ridiculizar la fe. Este episodio deja claro que la industria del entretenimiento muchas veces está dispuesta a cruzar líneas morales con tal de captar atención y generar ganancias.
Finalmente, ante la presión mediática y la demanda de Nike, MSCHF acordó retirar los “Satan Shoes” del mercado y ofrecer un reembolso a los compradores. Aunque la empresa argumentó que ya se habían vendido la mayoría de los pares, el daño a la reputación de los involucrados ya estaba hecho.
Este incidente sirve como una advertencia sobre la forma en que los símbolos espirituales y religiosos pueden ser distorsionados con fines comerciales. Los cristianos deben mantenerse alertas y firmes en su fe, recordando lo que dice Efesios 6:11: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”. En medio de una cultura cada vez más desorientada espiritualmente, es fundamental discernir entre lo que glorifica a Dios y lo que lo ofende.