En Brasil, el Ministerio de la Mujer, de la Familia y de los Derechos Humanos solicitó retirar la película “Cuties” (“Lindinhas” en portugués y “Guapis” en español). La producción francesa de Netflix está acusada de sexualizar niñas.
La solicitud fue enviada a COPEIJ (Coordinación de la Comisión Permanente de Niñez y Juventud). La ministra Damares Alves dijo que el gobierno del presidente Jair Bolsonaro actuará en esa lucha:
Los niños y adolescentes son el bien más preciado de la nación y los más vulnerables. A todos nos interesa frenar los contenidos que ponen en riesgo a los niños o los exponen a una erotización temprana. El gobierno del presidente Jair Bolsonaro no se detendrá en esta lucha. Tomaremos todas las medidas legales apropiadas. Nuestra lucha es por los derechos humanos de todos los niños de Brasil.
El secretario Maurício Cunha afirma que la película “presenta pornografía infantil y múltiples escenas que se enfocan en las partes privadas de las niñas mientras reproducen movimientos eróticos mientras bailan, se retuercen y simulan prácticas sexuales.”
En un video promocional, la directora de “Cuties”, Maïmouna Doucouré, explica que la película es justamente una crítica a la sexualización de niñas en nombre de una supuesta libertad sexual:
Hablé con cientos de preadolescentes para comprender cómo se relacionaban con su feminidad hoy. Estas chicas ven que cuanto más sexualizan a las mujeres en las redes sociales, más éxito tienen. Y si, esto es peligroso.
Netflix también se había pronunciado después de las críticas:
Cuties es una crítica social a la sexualización de los niños. Es una película premiada, con una poderosa historia sobre la presión que las niñas experimentan en las redes sociales y la sociedad en general a medida que crecen, y alentamos a todos los que se preocupan por este tema fundamental a que vean la película.
Según las palabras anteriores, ellos buscan crear conciencia sobre la sexualización de las niñas a temprana edad, pero al parecer lo están haciendo de la peor manera. ¿Qué opinas tú? Déjanos un comentario.
La controversia que rodea a “Cuties” no solo se ha vivido en Brasil, sino en gran parte del mundo. Desde su estreno en Netflix, la cinta ha sido objeto de campañas de boicot y de peticiones en línea que exigen su eliminación. Muchos padres, organizaciones civiles y líderes religiosos han expresado su indignación al considerar que el mensaje de la película se contradice con sus imágenes, las cuales, según ellos, contribuyen al mismo problema que pretende denunciar. En redes sociales, el hashtag #CancelNetflix se volvió tendencia durante varios días tras el lanzamiento.
Por otro lado, algunos críticos de cine y defensores de la directora aseguran que la intención original de Maïmouna Doucouré fue denunciar la forma en que las niñas son influenciadas por los modelos de conducta que ven en internet y en la cultura popular. Sin embargo, incluso estos defensores reconocen que el mensaje pudo haberse transmitido de una forma menos explícita, evitando imágenes que muchos consideran inapropiadas.
En Francia, país de origen de la película, “Cuties” fue bien recibida por algunos sectores del cine independiente, e incluso ganó el premio a la Mejor Dirección en el Festival de Cine de Sundance. No obstante, la polémica internacional evidenció el choque entre distintas visiones culturales sobre la libertad artística y la protección de la infancia. Para muchos, más allá del debate cinematográfico, el verdadero tema a discutir es el papel de las plataformas digitales en la difusión de contenidos que pueden tener un impacto negativo en menores de edad.
En este sentido, el caso ha abierto una conversación necesaria sobre los límites de la representación audiovisual y la responsabilidad de las productoras y distribuidores. Los gobiernos, por su parte, enfrentan el desafío de equilibrar la libertad de expresión con la defensa de los derechos de los niños. Brasil se ha posicionado con firmeza, pero el debate continúa abierto en otros países, donde algunos defienden la censura mientras otros abogan por una educación mediática más profunda que permita a los jóvenes interpretar estos contenidos de forma crítica.
Lo cierto es que “Cuties” ha dejado una huella en la conversación pública global. Su impacto ha demostrado que temas como la sexualización infantil no pueden ser tratados con ligereza ni utilizados como simples argumentos de marketing. La sociedad contemporánea necesita reflexionar sobre qué tipo de mensajes se están transmitiendo a las nuevas generaciones y cómo proteger su inocencia en un mundo donde las redes sociales y el entretenimiento ejercen una influencia cada vez mayor. En última instancia, la defensa de la niñez debería estar por encima de cualquier interés comercial o artístico.
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