También nuestros hechos son muy importante delante de Dios, Dios se glorifica también en es estos. Por eso debemos tener cuidado hasta cómo nos dirigimos delante de Dios. Por eso debemos alabarle y cantarle con dedicación y disciplina.
Cada día debemos ser personas entregadas y decididas para adorar y bendecir el nombre de Dios. Es importante que cuando vayamos a dar alabanzas para Dios seamos personas que nuestros hechos hablen de nosotros, de nuestras adoraciones a Dios, y que ante todo seamos sinceros delante de Él. Alabemos a Dios porque por todo Dios se glorifica grandemente.
Alabemos a Dios con nuestras vestimentas, porque si nuestras vestimentas están mal delante de Dios, pues en nada sirve que des alabanzas a Dios, ¿Cómo podemos saber esto? Pues es el mismo espíritu quien nos corrige y nos hace entender que debemos andar con pudor y modestia así como nos dice Su Palabra, y te aseguro que de esta forma podremos agradar a Dios en todo lo que hagamos. A Dios sea la gloria para siempre.
Cuando vayamos delante de la presencia de Dios, vayamos con regocijo, porque este desánimo no será nada bien delante de nuestro Dios. Esto deja mucho que decir cuando venimos sin ánimo ante Él, pues lo estamos haciendo por hacerlo y no porque queremos agradar a Dios.