Los primeros cristianos fueron ferozmente perseguidos y por eso el apóstol Pedro les hace un recordatorio de todas las cosas que tienen como promesa. Todas esas cosas eran más que un motivo para tener una esperanza que se mantenga como un fuego ardiente. ¿Sabías que a ti también se te han prometido todas estas cosas que se les prometieron a los primeros cristianos?
Pedro les dice a los cristianos perseguidos:
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros
1 Pedro 1:3-4
Querido lector, aquí hay algo sumamente interesante, lo cual puede avivarte si estás luchando ferozmente con el pecado o si estás siendo perseguido por causa del Evangelio. Primero, Cristo nos hizo renacer cuando murió en la cruz por nosotros y no solo murió, sino que al morir, también nos dio una esperanza viva y esto porque un día resucitaremos. Cuán glorioso es esto, saber que nuestra vida no acaba aquí , sino que un día nos reuniremos con nuestro Salvador por toda una eternidad.
Luego encontramos que tenemos una herencia (todas las promesas que Dios nos ha hecho en las Escrituras), la cual no se corrompe, lo que quiere decir que es imposible que sufra algún tipo de deterioro. Tampoco se puede contaminar, lo que refleja que jamás podrá ser manchada por el mal. Finalmente: «Inmarcesible». Ó sea, que no es como las flores que se marchitan, en pocas palabras, nuestra herencia no se deteriora, no puede ser tocada por el mal y no se desvanece.
Amado creyente en Cristo, quiero que sepas que tu lucha no es en vano. Ten fe, sigue persistiendo en las Escrituras, recordando cada una de las cosas que se nos ha prometido y que esta leve tribulación solo produce en nosotros un más excelente y eterno peso de gloria (2 Corintios 4:17).