¿Estás consciente de que puedes clamar al Señor y que Él te escucha? Puede que el tiempo que tengamos dentro del Camino del Señor nos haga ver como normal esa verdad eterna de que Él prometió estar con nosotros hasta el fin del mundo (Mateo 28:20). Es importante que repasemos la vida de hombres de fe como David, para así echarle un poco de gasolina a nuestra fe.
El rey David en el Salmo tercero hace una oración increíble a Dios, ya que en ese momento estaba siendo perseguido por su hijo Absalón (2 samuel 15:13-37), y sé que esta ferviente oración de algún modo avivará la llama en ti de confiar de manera sustancial en el Señor Jesucristo:
Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a Jehová, Y él me respondió desde su monte santo. Selah Yo me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me sustentaba. No temeré a diez millares de gente, Que pusieren sitio contra mí.
Salmo 3:3-6
Cuando estás en pruebas, en dificultades de la vida, que sientes que no hay escapatoria, ¿qué haces? ¿es Dios tu refugio? David se sentía así al ser perseguido por su propio hijo, sin embargo, él tenía bien claro que correr hacia los brazos de Dios era la opción factible, por eso dice: «Con mi voz clamé a Jehová,Y él me respondió desde su monte santo«. Querido lector, nuestro Señor cuida de las aves y está pendiente de cada una de ellas (Mateo 6:26) , ¿cuánto más de nosotros que somos Sus hijos comprados a un alto precio? Que en este día tu fortaleza sea el Señor, tu escudo, tu roca fuerte y aquel que levanta tu cabeza.