En este salmo hablaremos de la promesa que David hace ante el Señor para seguir caminando recto delante de Él. David sabía que, si prometía estar firme, debía cumplir. Por eso vemos que dice: «Corazón perverso se apartará de mí».
El salmista sabía que una medida justa consistía en elegir bien lo que pondría delante de sus ojos. Esta decisión le permitía alejarse de los perversos y de aquellos que era lujuriosos.
Poner los ojos en cosas injustas es cometer pecado delante del Señor. El salmista David huía de estas cosas, por eso pronuncia estas palabras:
Corazón perverso se apartará de mí;
No conoceré al malvado.
Salmos 101:4
David nos enseña que no debemos poner cosas injustas delante de nuestros ojos. Más bien, debemos elegir con sabiduría lo que colocamos ante nuestros ojos, ya que, si actuamos con una mente perversa, cometeremos pecado delante del Señor.
Es importante ser sabios al elegir lo que ponemos en nuestro camino y ante nuestros ojos. Querido amigo, presta atención a este mensaje y sé prudente, porque los ojos de Dios están sobre todos, y Él es justo.