Cantemos al Señor porque solamente en Él podremos tener todo lo mejor, nuestras sanidades vienen de nuestro Dios poderoso, y por eso debemos alabarle porque Él ha sido bueno con todos nosotros.
Nuestras tristezas fueron cambiadas por gozos del Señor, nuestros caminos comenzaron a ser rectos delante de Dios, nos sacó de las tinieblas hacia la luz, ¿cómo no adorar Su bendito y glorioso nombre? Por eso alabemos Su Santo Nombre, Dios vive y reina para siempre.
No dejemos de adorar y dar gracias a nuestro Dios, porque Su misericordia nos sostiene cada día, de Él viene esa paz que corre por todo nuestro interior, trayendo calma ante la tempestad que viene a nuestro frente. A Dios sea la gloria por los siglos, Amén.
De Dios viene esta alegría que tanto necesitamos en todo tiempo, esta viene de lo alto y es enviada por nuestro Padre celestial. Adoremos cada día el nombre de Aquel que nos ha sostenido, nuestro Dios grande y poderoso.
La alegría de nuestro Dios es nuestra fortaleza.
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
1 Corintios 13:13
Este versículo habla de este amor tan maravilloso que obtenemos, pero, ¿de quién lo hemos obtenido? De nuestro Dios que es maravilloso, que convierte caminos peligrosos en caminos seguros y llenos de luz cuando hay tinieblas. Este es nuestro Dios. Por eso este autor nos habla de acerca de la fe, la esperanza, y del amor y nos dice que el más grande de ellos es el amor.
La alegría de nuestro Dios es nuestra fortaleza. Alabemos a Dios para siempre, honremos Su Nombre.