Lo Salmos están divididos por categorías, hay salmos que expresan depresión, otros que son para Dios destruya a los enemigos, y otros que son de agradecimiento, como lo es el Salmos 118, un salmo que aunque no se le atribuye al rey David, se dice que fue él quien lo escribió. Independientemente de su autor, podemos ver la maravilla de Dios salvando a su hijo.
No podemos perder la sensibilidad de que Dios está con nosotros, de que Él es poderoso para salvar, para librarnos de la mano del enemigo y para demostrar Su poder frente a todos. Amado lector, Dios sigue siendo Dios.
El salmista expresó con gran gratitud:
13 Me empujaste con violencia para que cayese,
Pero me ayudó Jehová.
14 Mi fortaleza y mi cántico es JAH,
Y él me ha sido por salvación.
Salmo 118:13-14
Aquí el salmista está hablando de cómo sus enemigos le empujaron con violencia para quitarlo de una vez por todas, y reconoce que fue la mano de Dios que le ayudó para que sus enemigos no puedan ver tal cosa. Y es que amigos, aún cuando los demás nos quieren hacer daño y nos quieren ver en el piso, ahí está Dios guardándonos con su mano poderosa.
Por lo tanto, que sepamos decir igual que el salmista, que nuestra fortaleza y cántico es el Señor, y que en todos nuestros momentos oscuros Él ha sido nuestra única salvación.
