Tuya es la alabanza, oh Dios

El Salmo 65 fue escrito por el rey David, no se conoce la situación por la cual lo escribió, pero debido a la acción de gracias que hace el mismo con respecto al ganado y al grano, existe la posibilidad que fue escrito para el festival de la cosecha.

 El salmista comienza este Salmo destacando que la alabanza solo le pertenece a Dios:

Tuya es la alabanza en Sion, oh Dios, Y a ti se pagarán los votos.

Salmo 65:1

El saber o reconocer que la alabanza pertenece sólo a Dios es algo que cada cristiano debe reconocer en su vida. Esta declaración exalta a Dios como el único Dios verdadero, por ende, único merecedor de nuestra alabanza, y esa alabanza debe ser la mejor.

La palabra «tuya» que se utiliza en este verso viene de la raíz que significa ser «muda». En pocas palabras, la alabanza no siempre iniciará con expresiones a alta voz o música, también podemos dar alabanzas a Dios sin palabras, simplemente mudos delante de Él, asombrados por su poderío, por lo que Él hace.

También nos quedamos mudos porque sabemos que somos tan impuros delante de Él que simplemente no encontramos palabras para expresar. Imagina por un momento aquel gran día cuando estemos delante de Él, ¿qué le dirás? ?¿crees que existan palabras en aquel momento para darle gloria a Él?

La alabanza es única y exclusivamente de Dios, así que, demos dar adoración sólo a Él.

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Mis labios Te alabarán
Cantad la gloria de su nombre
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