Como todos los salmos, el salmo 34, es otro cántico que nos invita a dar alabanzas al único Dios verdadero, y es que tenemos todo un libro que nos dice que demos gloria a Dios, por eso Spurgeon escribió un libro sobre los salmos llamado «el tesoro de David», ya que este realmente es un tesoro, porque en él encontramos cánticos únicamente basados en la adoración a Dios y esto en distintos momentos y circunstancias de la vida.
Cada salmista escribió tanto en momentos tristes como en momentos felices, en momentos claros como en momentos oscuros, y esta es la ley de la vida, vivimos todas estas experiencias en el día a día, pero, la pregunta es: ¿Qué damos a Dios en medio de todas las situaciones expresadas? Los salmistas siempre ofrecieron alabanzas a Dios independientemente cual fuese su situación, lo mismo nos queda a nosotros, dar gloria y honra al Señor.
El verso uno del salmo 34 dice:
Bendeciré a Jehová en todo tiempo;
Su alabanza estará de continuo en mi boca.
Salmo 34:1
Medita profundamente en la parte a de este salmo: «Bendeciré a Jehová en todo tiempo». La palabra todo aquí quiere decir realmente todo, lo que quiere decir que, no hay momentos claves o específicos para bendecir a Dios, debemos hacerlo en todo tiempo y eso incluye los momentos buenos y malos. Estas palabras nos pueden recordar a las que usó el apóstol Pablo cuando dijo:
12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Filipenses 4:12-13
Luego finaliza el verso diciendo «su alabanza estará de continuo en mi boca». Sí amados hermanos, pidamos a Dios que su alabanza esté siempre en nuestros labios, dando profundos cánticos al Señor, porque Él es merecedor de la gloria y el honor, Él es Dios. Cantemos a Dios en todo momento, en toda circunstancia, Dios es Dios.