«¡Gloria cantemos al Redentor! Que por nosotros quiso morir. La santa gracia del Salvador siempre dirija nuestro vivir. En los peligros, en el dolor, a cada paso Su protección, calma le infunde, santo vigor, nuevos alientos al corazón». Cuán hermoso es alabar a nuestro Señor por el dulce consuelo que Él nos ha dado en la cruz.
Y sí, de esto nos habla la canción Dulce consuelo, de cómo nuestro Redentor quiso morir por nosotros, pecadores que no merecíamos en lo más mínimo ninguna gota de Su preciada sangre. Pero, gracias a ese sacrificio hoy podemos cantar de cuán dulce es Su consuelo.