«El esplendor de un rey, vestido en majestad. La tierra alegre está, la tierra alegre está. Cubierto está de luz, venció la oscuridad y tiembla a Su voz, tiembla a Su voz». Así dice la primera estrofa esta hermosa canción cristiana «Cuán grande es Dios». ¿Cómo no cantar de la grandeza de nuestro Señor? Solo debemos comenzar por el hecho de que Él nos amó sin nosotros merecerlo.
Oh amados hermanos, Cristo se sentó en majestad, venció a la muerte y al pecado, nos salvó del pecado y de la ira de Dios, por eso debemos dar gloria a Dios, hablar de su grandeza y maravilla en todo tiempo, nadie es como nuestro Dios, por eso le entonamos alabanzas, porque Él y solo Él es merecedor de la gloria y el honor.