Adoremos a Dios porque Él es poderoso y hace maravillas, es invencible y el mundo tiene que doblar sus rodillas delante de Él para adorar Su nombre.
Canta al Señor, glorifica Su glorioso nombre, ofrece alabanzas de gratitud porque Él es bueno, y porque siempre ha sido bueno con todos su santos. Todo aquel que se acerque a Él disfruta de las cosas buenas que Dios tiene para darnos, así que, por qué no dar cánticos de alabanzas a nuestro Dios.
Ve ante Su Santa presencia con regocijo, con alabanzas, pronuncia Su nombre, reconoce que solo Él tiene el poder, toda autoridad, y por eso toda pleitesía sean dadas a nuestro Dios poderoso. Oh, naciones todas, pueblos todos, adorad el nombre de Dios en la alturas, anunciad la gloria de Dios por todo el mundo, dad un grito de júbilo por las hazañas de Dios.
Que cada día rebose nuestro corazón de palabras buenas para nuestro Dios, porque Su presencia nos trae cada día gozo, paz, y sus obras poderosas son evidencias de que Su amor es grande sobre toda Su Creación.