De nuestro Dios es que viene nuestra ayuda, por eso solo a Él debemos agradecer cantando alegres delante de Él, cantando y adorando a Su nombre con regocijo y con palabras de honra para enaltecerlo. Si vivimos es por Él, Él es nuestro refugio.
Cantemos a Dios porque ¿De dónde mana esa misericordia sino de Él? Dios es el único que nos puede sostener con su bondad, y Su alegría llega a nuestras vidas en tiempos de angustia y de prueba. Por eso mi corazón se alegrará en Su misericordia día tras día a Él daré mi mejor alabanza.
Con un corazón alegre, con cánticos de alegría diré a Dios «cuán buena es Tu misericordia y Tu amor, cuán bueno es habitar en Tu Santa presencia». No hay nada mejor que ser agradecidos delante de Dios quien nos protege y nos ama con un amor infinito.
5 Mas yo en tu misericordia he confiado;
Mi corazón se alegrará en tu salvación.6 Cantaré a Jehová, Porque me ha hecho bien.
Salmos 13:5-6