El libro de los Salmos es un amplio tesoro que nos enseña el mayor propósito por el cual servimos a Dios, y es que hemos sido creados para su gloria, para alabanza de su nombre, y por ello es necesario que rindamos alabanzas, cánticos nuevos a nuestro Dios. Los Salmos también nos enseñan que toda la gloria y la honra es de Jesús y que Él vendría por nosotros.
Hay personas que no tienen bien en claro quién es Jesús, y piensan que Cristo es un simple sirviente de Dios, pero en verdad eso no es así, porque Cristo es el mismo Dios, y es merecedor de toda la gloria, alabanza y honra.
El salmo 24 es una gran muestra de cuán merecedor es Cristo de toda la honra y gloria:
7 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria.
8 ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla.
9 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria.
10 ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, El es el Rey de la gloria. Selah
Salmos 24:7-10