La fidelidad de Dios es grande y magnífica. Dios es fiel, nunca falla y por eso debemos adorarlo, no hay un Dios en cual podamos confiar, porque solo hay uno y está en las alturas de los cielos, nuestro Dios Todopoderoso.
Somos más que bienaventurados porque su gracia y su poder se manifiestan en cada uno de sus hijos, esto lo podemos ver por medio de su misericordia divina.
Él nunca ha fallado, ¿por qué no alabarlo si Él es bueno todo el tiempo?. A Él debemos darle toda gloria, alabanza y exaltación. No confiemos en humanos, porque solo hay uno que mantiene su fidelidad y que nunca falla. A veces nos desesperamos y le fallamos a Dios porque le pedimos algo y vemos que nunca llega, pero a pesar de todas nuestras fallas Dios sigue en medio del propósito para darnos lo prometido, porque su fidelidad es inmensa.
Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia,
Y la fidelidad de Jehová es para siempre.
Aleluya.Salmos 117:2